Pasó la pandemia, o la hemos normalizado de tal manera que nos permite, de nuevo, bailar, abrazarnos, relacionarnos, divertirnos, en una palabra: vivir y, evidentemente, eso es lo que haremos este mes de agosto, en Aranda de Duero, en el SONORAMA RIBERA que, además, este año cumple su XXV Aniversario.
Han sido tiempos difíciles, Un año en blanco, el 2020, con la suspensión de la práctica totalidad de actividades lúdicas y todos los espectáculos multitudinarios, afectados de lleno por el ataque de un virus que ha provocado una crisis sanitaria de consecuencias desconocidas e imprevisibles y que ha cambiado hábitos y costumbres. Un año muy especial, de prueba, el 2021, con conciertos con aforo limitado y controlado, con espectadores sentados y con mascarilla, guardando distancia social para evitar contagios y propagación del virus y con miedo por el desconocimiento de la evolución de la pandemia. A pesar de todo, SONORAMA se celebró y fue todo un éxito.
La vacunación masiva y los avances médicos han devuelto las actividades multitudinarias a las programaciones y este verano podremos disfrutar, de nuevo, del Festival de la Ribera del Duero, en su recinto estrenado en 2019, con todos los servicios y con todo un plantel de grupos y artistas que celebrarán los 25 años del evento. Y, lo más importante, con la vuelta del festival a la calle, a las calles de Aranda, con los escenarios urbanos de la calle La Sal, el Parque de la Isla y, sobre todo, el espacio que, de alguna forma, hace único al Sonorama, la Plaza del Trigo, con los conciertos matutinos programados y los artistas sorpresa.